A finales de 1937, bajo la invitación del gobierno del estado de Jalisco, José Clemente Orozco llegó al Hospicio Cabañas para pintar la antigua capilla, sin saber que su obra se convertiría en una importante obra plástica del país. Dicho trabajo fue terminado en marzo de 1939. El pintor zapotlense, pertenecía al grupo de artistas posrevolucionarios que pensaban que el arte gráfico debería ser para todos, y sus obras fueron hechas en lugares públicos. A lo largo de dos años, Orozco pintó 53 murales en paredes, bóveda y cúpula de la capilla. En estos murales expresa varios momentos de la historia de México abordando la Conquista, la Colonia y los tiempos modernos. En los murales, Orozco interpretó la vida prehispánica, el choque cultural entre los indígenas y españoles; así mismo también abordó la fundación de Guadalajara y tocó escenas de la trágica realidad contemporánea. Los murales no estarían completos si no fuera por el "Hombre en Llamas", donde se aprecia una figura humana envuelta en llamas, la cual muchos consideran que, junto a las cuatro que le rodean, significa los cuatro elementos de la naturaleza; pero para otros podría representar la metáfora de la mitológica Ave Fénix.
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